jueves, 26 de mayo de 2011

LA MAGIA DEL APRENDIZAJE


Todo lo que hacemos educa. Debemos cuidar cómo decimos las cosas, cómo comunicamos lo que queremos decir a nuestros alumnos. A veces a nuestros alumnos les cuesta entender que les queremos ayudar cuando nos dirigimos a ellos por las formas que utilizamos. Debemos ser capaces de acertar con nuestras palabras y nuestros gestos. El alumno debe ser bien recibido en el aula, el alumno debe sentir que queremos estar con ellos y que cada uno de ellos nos importa. Que nos alegramos de verlos y de poder disfrutar de la magia del aprendizaje. Una buena ambientación de la sesión nos facilita el trabajo. Debemos recibir a los alumnos en el aula como un grupo de invitados a los que les queremos enseñar contenidos muy interesantes. Debemos transmitir pasión en cada sesión. Nos tiene que emocionar transmitir lo que los alumnos deben aprender. Queremos que cada alumno sienta que eso que queremos enseñarle merece la pena saberlo. Debemos reconocer el progreso de cada alumno. Debemos tratar a cada alumno como una persona única y diferente que basará su progreso en el aprendizaje tomándose como referencia él mismo.
Nuestro trabajo, como todo lo que se hace con tanta frecuencia, corre el riesgo de convertirse en rutina y perder la frescura y la magia que debe tener cada sesión de trabajo en el colegio. Tened en cuenta que en el instituto tenemos entre todos más de 25.000 sesiones con los alumnos. Es difícil que valores el agua, cuando sólo tenemos que abrir el grifo. Es difícil emocionarnos cada vez que tenemos un vaso de agua que llevarnos a la boca. Si fuéramos capaces de hacerlo, la sensación de beber nos produciría mucho más placer. Igual nos ocurre con la enseñanza. Debemos esforzarnos en convertir cada clase en un momento especial, único y contagiar de este entusiasmo a nuestros alumnos. ¡Qué bien suena!, nuestros alumnos y queremos que aprendan. Una vez que hemos preparado el ambiente de clase que nos permite enseñar y aprender, trabajamos teniendo en cuenta las diferencias de cada alumno. Qué importante es sentirse reconocido individualmente, que nos valoren lo que cada uno progresamos, sin compararnos con los demás. Lo que nos gusta que cuenten con nosotros, que nos valoren, que nos reconozcan cómo somos y lo que vamos avanzando. Demos la oportunidad a cada alumno de que se sienta importante en nuestra clase. El alumno, como todas las personas, necesita sentirse respetado y valorado. Encontremos un momento para hablar particularmente con el alumno, alabémoslo en público e intentemos corregirlo en privado. Todos estos comportamientos harán de nuestros alumnos mejores estudiantes y mejores personas.
La magia de la escuela nos tiene que contagiar a todos. Preparar la jornada en casa para esa actividad tan especial que cada mañana tiene nuestro hijo. Saquemos un rato a primera hora para hacerle ver la suerte de levantarse para aprender, compartamos esta magia con ellos, la inmensa suerte de tener un espacio y unos maestros para aprender. Debemos compartir con nuestros hijos lo que aprenden, debemos valorarlo, para eso tenemos que hablar con normalidad de las cosas que se aprenden en la escuela. Nuestros hijos deben sentir que lo aprenden es importante también para sus padres. Debemos reconocer sus progresos y estimular el estudio…..

2 comentarios:

  1. En este tiempo de vacaciones estoy visitando diversos blogs que me son muy interesantes, entre los cuales está el tuyo.
    Esta reflexión sobre la educación y la enseñanza a nuestros alumnos me ha puesto la "piel de gallina".Me atrevo a catalogarla de verdad absoluta. ¡Otro gallo nos cantara si todos hicieran suya esa manera de enfocar la enseñanza! Seguro que nuestros alumnos alcanzarían otros niveles y, lo más importante, serían mejores personas porque aprenderían a respetar al ser respetados.

    ResponderEliminar
  2. Hacia tiempo que no visitaba tu blog, pero sencillamente ha merecido la pena entrar para ver estas magníficas reflexiones que estoy de acuerdo de deben marcar nuestra labor diaria con los alumnos. Merece la pena trabajar con ilusión, alegría y mucho respeto para mejorar nuestra labor docente.

    ResponderEliminar